Pues bueno, cuando uno es un friki de la bioquímica, como me sucede a mí, no puede evitar reflexionar sobre ciertas cosas. Hace unos días, durante una visita a un museo recordé mis tiempos de la facultad, y esa pequeña nostalgia ha acabado provocando que me ponga a escribir este post. Adelanto mis más sinceras disculpas si suelto demasiado “rollo de profe”...
El ADN. Esa doble hélice que contiene el manual de instrucciones para que un organismo unicelular se duplique a si mismo generando dos copias exactas a partir de una sola. En el caso de los pluricelulares, lo que permite que las células individuales se dividan, para luego especializarse en funciones concretas. Y además, siempre gracias a esa capacidad de división, hay una cierta capacidad de regeneración, y tras el caso específico de la reproducción, permite en última instancia el ADN perpetuar una especie, ya sea animal o vegetal.
Esa misma macromolécula que puede sufrir modificaciones y dar lugar en algunos casos a deformaciones mientras que en otros permite una adaptación al medio y un nuevo camino evolutivo.
En la facultad nos enseñaron cómo las bases nitrogenadas (adenina, citosina, timina y guanina, correspondientes a las famosas cuatro letras A, C, T y G) se unen entre sí para formar los “peldaños” de la “escalera de caracol”:
El resultado es el dibujo que todo el mundo conoce:
Resulta que estas cuatro moléculas resumidas en letras tienen una clave, el código genético, que se lee de la siguiente manera: cada tres “letras” codificarán para un aminoácido de una proteína. Es una pauta de lectura abierta (ORF, Open Reading Frame) que se sigue en cada gen de una forma concreta. Hay una señal específica de inicio y una señal de STOP, y si se desplaza la lectura en una base o en dos hacia delante o hacia atrás, no es “legible” según este código.
El proceso consiste primero en transcribir el ADN en ARN (de una doble cadena que está extremadamente compactada porque si no no cabría en el núcleo de la célula, se logra abrir una parte y se sintetiza un ARN mensajero, de cadena simple y donde T pasa a ser U, uracilo), y luego en traducir, ya fuera del núcleo, ese ARN mensajero al lenguaje proteico, es decir, sintetizar una determinada proteína a partir de la cadena de ARN).
Hay otras sustancias químicas orgánicas que median en la vida: los azúcares y las grasas. Y tooooooooooodas tienen su importancia. Las grasas son necesarias, en su medida adecuada, pues entre otras cosas forman las membranas celulares. El colesterol, en la cantidad necesaria, también debe de estar presente para que estas membranas tengan la fluidez correspondiente. Y un moderado exceso de grasa se almacena como reserva energética que puede ser metabolizada si conviene (quemando calorías cuando hace falta). Y sin los azúcares no habría metabolismo energético básico. Si se necesita energía rápida, hay que quemar azúcar. De hecho, el cerebro no consume otro combustible que ese en condiciones normales.
Y lo que ya es milagroso es cómo todo esto interacciona de forma específica. Es casi increíble pensar que hay, por ejemplo, un receptor específico para la insulina, que literlamente reconoze esta hormona y transmite la señal de “regular la cantidad de glucosa en sangre”. Es lo que se denomina “reconocimiento molecular”. Es más, muchas células se “identifican” por las proteínas y proteínas unidas a azúcares que presentan en su superficie. Por ejemplo, las células del sistema inmunitario, tienen una serie de proteínas que se encargan de reconocer las amenazas externas (agentes infecciosos) y al mismo tiempo les sirven de identificación como células del sistema inmunológico.
Ahora recuerdo la serie de dibujos “La vida es así”. Es una serie genial para comprender cómo funciona nuestro cuerpo y para ver de forma muy entretenida la bioquímica y la fisiología de nuestro organismo. Si alguien no la ha visto, la recomiendo también, XDDD.
En fin, que con dos recomendaciones y mucho rollo “didáctico”, me ha salido este post bioquímico. El próximo será totalmente distinto, lo prometo, aunque ahora mismo no sé de qué irá, muajajajajajaja, XD. Espero que aún os queden ánimos para seguir leyendo a esta tortuga rockera, jejejeje.