De solsticios y equinoccios

¡Wolas de nuevous!

Cuando a uno se le va la pinza (o, para decirlo de forma que queda bien con el personal, se pone a reflexionar), le pasan por la cabeza todo tipo de ideas. Y quizás porque llevo casi semana y media con un dolor remanente de tarro, mi última “reflexión” ha ido por los derroteros siguientes...

Hace pocos días, el 21 de diciembre, fue el solsticio de invierno. Según la wikipedia, un solsticio es un “momento del año en el que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal”. Y sigue con: “En el solsticio de verano del hemisferio Norte el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio”. (Añado para aclararme yo mismo, que para estas cosas mi memoria de pez siempre me traiciona: Trópico de Cáncer, al norte; Trópico de Capricornio, al sur). Esto ocurre el 21 de junio (cuando empieza el verano, XD) y el 21 de diciembre (cuando empieza el invierno, brrrrrrr, ¡qué frío!)

Hagamos un pequeño paréntesis para definir otro concepto en principio conocido por todos. Un equinoccio (que viene de equi-, igual, y noccio, noche, o más directamente, del vocablo latín aequinoctium, “noche igual”), es según la wikipedia un “momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de laTierra, excepto en los polos”. Y esto sucede el 20 de marzo (cuando empieza la primavera, por mucho que El Corte Inglés se empeñe en intentar adelantarla, XD) y el 22 de septiembre (cuando comienza el otoño). Cierro aquí el paréntesis.

Al caso, que acaba de empezar el invierno. Y sí, ha empezado fuerte, con un frío que pela desde hace ya unas 3 semanas (aprox, recordad mi memoria de pez...). Esto tiene una cosa positiva, al margen de la rasca que pega. Y es que el 21 de diciembre fue el día más corto del año, con lo cual, ahora los días vuelven a empezar a alargarse poquito a poco. Eso es lo que mola, XD.

No sé yo si lo de celebrar la navidad viene de eso: de que hacía mucho frío para estar por ahí correteando (aunque hoy en día correteamos de acá para allá para realizar las compras navideñas) y puestos a celebrar algo con comida potente para generar calorías porque no había más “webs” que quedarse en casa, pues a alguien se le ocurrió que con la excusa de que los días se empezaban a alargar, nos inventamos la navidad, con el tema de fondo de que las “manadas humanas” se reúnan por hermandad y tal y pascual, que además queda muy bonito, y hala, “alegren esos corazones”, que el frío ha empezado pero nos podemos atiborrar de comida y emborracharnos de lo lindo, y además en unos mesecicos vuelve a brillar el sol. (Ya lo digo yo, que cuando se me va la pinza se me va de verdad de la buena).

Pues eso, no sé si mi “teoría” es digna de ser considerada como tal en lugar de una ida de olla monumental, pero el mensaje que se me ha ocurrido transmitir es este:

Que eso, que hace un frío de tres pares de narices, peeeeeeeeero, contamos con la calidez de la família, de los amigos, del festejo, de la posibilidad de relajarse (que algún que otro día de vacaciones tenemos todos por estas fechas) y, very important, además, pensando en positivo, las horas de sol ya no pueden seguir yendo a menos, ahora sólo pueden ir a más. Que sí, que es muy progresivo y los primeros meses del año sólo notamos diferencias de minutos, pero para Semana Santa la cosa ya se nota de forma muy significativa, XD. Así que repito: “¡¡alegren esos corazones!!”. XD ^^

Jejejeje, de todas formas, qué ganas tengo de que llegue el equinoccio de primavera, o incluso mejor, el solsticio de verano... Muajajajajajajah, XD