jueves, 28 de febrero de 2013

Whatsapp!!


¡¡¡Bueeeeeeeeeeeeeeeeeenos días!!!
 
El martes llegué a Suiza. Fui en tren desde Frankfurt hasta Berna, allí recogí el coche de alquiler, y me puse en ruta. Llegué a Montreux. Los campos que rodean la autopista helados, aunque por primera vez en días volví a ver el sol. Y al llegar a Montreux, un frío que pelaba.
 
Llego al hotel, hago el check-in, dejo mis asuntos en la habitación, remoloneo un poco y luego salgo a buscar un sitio para cenar. ¡Joder, qué frío! Cruzando un puentecillo, muy por debajo un estruendo continuo, de agua que cae. Una cascada muy espectacular, sin duda. Lástima que mis intentos de foto nocturna no salieran bien (supongo que debía haber trasteado más con el zoom del móvil, pero con el frío que hacía no me detuve demasiado... hasta las neuronas se estaban congelando y no pensé mucho).
 
Y llego al restaurante. Y mientras espero la cena, decido mandar un par de whatsapps a mis padres en plan "he llegado, sigo vivo, etc", pero los whatsapps no salen. (Mentalmente se me forma una cara de interrogación extrema, algo atontada. ¿Pero cómo puede ser si me iba perfectamente hasta...? ¡Eh, ya lo tengo! Ese mensaje de la itinerancia de datos al que no le he hecho el menor caso hace un rato. Vale, entonces, ¿por qué no me vuelve a salir y me lo miro con calma?). En esas disquisiciones estaba yo mientras cenaba. Y el maldito mensaje de la itinerancia de datos sin volver a aparecer, mis whatsapps preguntándose si podían salir o no, con esa especie de relojito que indica que se lo está pensando mucho (pito pito colorito, donde vas tú tan bonito...). Y Kamechan cenó, y volvió al hotel, y se fue a dormir. Y el mensaje de la itinerancia de datos sin dignarse a volver a intentar llamar mi atención de nuevo. Y yo pensando: va, no seas tonto, que sabes que si vuelves a aparecer te haré caso. Pero nada, ni mu.
 
El miércoles empieza sin novedad en la itinerancia de datos. Me levanto, me ducho, me visto, desayuno, hago la maleta, la llevo al coche, hago el check-out y arranco para ir desde Montreux en dirección a Lausanne. Como me sobra tiempo antes de llegar al primer cliente del día, voy a la estación de servicio más próxima y hago una parada técnica. Y cuando regreso al coche, "tatán". Miro los mensajes, y veo la tan esperada notificación de la itinerancia de datos. Ueeeeeeeeeeeeeeeeeeee, por fiiiiiiiiiiiiiiiiin^^. Logro activarla, y empiezan a llegarme un montón de whatsapps atrasados. ¡¡Avalaaaaaaaaaaaaaaaaaaanchaaaaaa!!
 
Y es que hay retrasos que con todo molan, porque le dan emoción a la vida, jejejeje. Y es que entre esos whatsapps recibí una noticia genial, de esas que le llenan a uno el corazón de alegría. Vamos, que no quepo en mí, :-) A ello, pues, le dedico esta entrada en mi blog, pues sobradamente se la merece. XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

4 comentarios:

  1. ¡Siiii! Life is beautiful! ¿A que tú tampoco puedes quitarte la alegría del cuerpo en todo el día? ;)

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  2. Me da a mi que es contagiosa y estamos la mayoría de los malvados con ella... xD ala, que lluevan brownies que no nos afectan!!!^^ besotes enormes!!! Nos vemos en breve!!!

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  3. Yo no tengo whatsapp y paso de mirar el movil... soy el mal XD Espero que disfrutases del viaje. Muas

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  4. Mi teléfono se revela, no contra wassap sino contra el GPS, cuando lo tengo aapagado durante un viaje largo.

    No lo acabo de entender, pero... això és així.

    Un abrazo

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