lunes, 1 de noviembre de 2010

Humildad, autocrítica y reflexiones varias





Las palabras escritas quedan escritas, sea por el tiempo que sea. Medir las palabras, ya sean habladas o escritas, es un arte. A veces, uno no lo logra, y si son palabras escritas, hay que tener aún más cuidado. Sobretodo, si están escritas en un medio público. Quizás en este sentido, la verdadera natulareza de la libertad de expresión nos sea desconocida, al menos en ciertas ocasiones, quién sabe...

Bueno, vayamos al tema. Parece ser que en un post anterior he herido ciertas sensibilidades, sobretodo no habiendo comentado primero con cierta(s) persona(s) ciertas cosas antes de dejar constancia escrita de mi contrariedad. Por ello, quiero pedir mis más humildes disculpas, también aquí públicamente. No es digno de mí, y no está bien no comentar según que temas y quejarse públicamente sin dejar opción a la defensa. La prueba de que admito mi error es que he llegado a editar dicho post (algo poco habitual). Espero que estos dos gestos sean apreciados en lo que valen.

A consecuencia de ello, he perdido gran parte de la confianza que ciertas personas tenían en mí. Ahora no puedo sino vivir con ello, pero espero que mis esfuerzos para no cometer de nuevo mi falta y la dosis de tiempo que sea necesaria para ello hagan que las cosas mejoren en un futuro. Cuando uno se da cuenta tarde, sólo cabe desear que no sea demasiado tarde para arreglar las cosas. Eso he intentado hacer, y eso seguiré intentando mientras haya esperanza.

Las reacciones de las personas ante determinadas situaciones pueden ser a veces desmesuradas, y yo no soy ninguna excepción. Si errar es humano, perdonar es de sabios. Puedo meter la pata, pero me considero lo suficientemente civilizado como para no haber realizado hasta la fecha nada imperdonable (espero y deseo que así sea, y que así continúe siendo). De igual manera, si alguien mete la pata conmigo, lo ideal es que esa persona lo sepa, se debata lo que se tenga que debatir, y que al final yo también sea capaz de perdonar.

Soy muy exigente conmigo mismo, así que cuando tomo consciencia de mi ocasional falta de sagacidad, valentía, sinceridad y honestidad (es decir, de la manifestación de mi lado más oscuro), me siento fatal. Me veo a mí mismo como un monstruo, y me siento muy avergonzado por no haber sido mejor.

Todos hemos hecho, y hacemos, cosas de las cuales no nos sentimos orgullosos. Y como dice Zartan en la peli GI Joe, “el diablo se esconde en los detalles”. Qué gran verdad...

Dicen que “quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra”. Pero, ¡ay!, qué fácil es tirar la piedra sin estar, precisamente, libre de culpa. Soy el primero en admitir que lo he hecho, y que conste que luego me he sentido muy mal por haberlo hecho. De nuevo, mis más humildes disculpas por ello.

Reflexionando más en general sobre todo este asunto, he llegado a algunas conclusiones...

Cuando uno es adulto, debe procurar no comportarse como en el patio del colegio, en plan:

- Es que tú me has hecho/llamado “nosequé”
- Pero es que tú me dijiste/hiciste “loquesea” primero
- Ya, pero es que antes tú me habías hecho “aquéllo”
... Y así sin fin

No. No funciona así. Está mal decir cosas malas de la gente y no esperar que haya consecuencias. Maaaaaaaaal. Hay que decir las cosas a la cara, y de forma civilizada. Es fácil decirlo, pero a veces y según a qué personas, pues les cuesta ponerlo en práctica. Y si yo alguna vez he sido lo suficientemente cobarde como para caer en ese comportamiento, me “autoflagelo por ello”.

Pero por otro lado, si quiero hacer una crítica social en general en mi blog, igual que hago autocríticas, debo poder hacerla. Es decir, no sería ecuánime ni correcto si sólo criticara a los demás y no fuera capaz de criticarme a mí mismo. Nunca he dicho que sea un santo.

Al caso, que perfecto no soy, y ya he dejado constancia escrita de ello en más de una ocasión en este blog (por eso digo lo que digo: que si soy capaz de autocriticarme en mi blog, también debo poder criticar a la sociedad en general). Soy un ser humano, y como tal he cometido muchos errores en mi vida, y seguramente me quedan muchos más por cometer. Lo admito y no tengo ningún inconveniente en dejarlo expresado aquí públicamente.

Ojalá todo el mundo fuera capaz de hacer lo mismo, pero resulta que es mucho más fácil ver los males de los demás y no tener interés en ver los de uno mismo. Ya lo decía Sócrates: “conócete a tí mismo”. Hay que saber cómo es uno mismo, saber dónde acierta y dónde falla. Porque si no, en esta sociedad en la que vivimos no iremos bién.

Y también hay que tener en cuenta otra cosa. Es más fácil ver en los demás las cosas malas que las buenas. Sucede en todos los ámbitos, y es una triste verdad. Si uno lleva aportando cosas buenas en el trabajo, por ejemplo, durante “x” tiempo, y de pronto hace una pifia, de repente se convierte en un inútil. Pues no me parece bien que de la noche a la mañana se “borre de la memoria” todo lo bueno que ha hecho esa persona.

Claro que hay que llamar la atención sobre el error, que de ello todos aprendemos. Pero también hay que tener en cuenta lo bueno. Y a veces, según con qué errores, hacen falta varias acciones buenas para compensarlos, eso también es cierto. En fin, no se debería perder la perspectiva de las cosas. También esto es difícil que se logre, pero todos deberíamos intentarlo.

Cuando estoy con quienes me importan, me gusta que se sientan bien en mi compañía (igual que yo me siento bien en su compañía), y de rebote yo me siento mejor, y así de forma cíclica todos nos sentimos mejor. Pero también me gusta que eso suceda de forma natural, siendo yo como soy yo mismo, y los demás como son ellos mismos. Sin que se fuerce nada ni que todo sea correcto sólo de forma superficial, con una hipocresía indigna.

Es verdad que la propia sociedad exige que seamos hipócritas en determinadas ocasiones, pero leches, cuando estamos en la intimidad con aquéllos de quienes nos rodeamos no necesitamos ningún protocolo. Y si alguien está mal, pues está mal. Lo puede decir, y los demás intentarán, siempre de forma natural, que esa persona se sienta mejor. Y si es por algo en concreto, pues se puede comentar el tema para ver si se le encuentra una solución. Y si alguien está mal y, por decirlo de alguna manera, “necesita estarlo” durante un rato, pues se respeta ese rato hasta que se le pase y luego a otra cosa.

Parece taaaaaaaaaaan fácil enfocar las cosas de esta manera, que cuando no sucede así, en retrospectiva parece una enorme tontería que no se hayan hecho así las cosas. Debe ser que las relaciones interpersonales son más complejas de lo que deberían ser por causa de las propias personas. Lo complicamos todo más de lo que deberíamos, y encima somos bastante destructivos entre nosotros mismos, con lo cual se monta un tinglado de los de aúpa. Y al final, siempre por culpa de pequeños detalles que se acumulan, la pelota se hace cada vez más grande y un día... ¡BOOM!

Cada uno de nosotros es como una olla a presión, y deberíamos ir sacando el vapor poco a poco para no estallar de repente. Como siempre, es fácil decirlo pero no tanto aplicarlo. Hay personas que lo logran sin problemas, y personas que no. Pues debería bastar con conocernos mejor todos y ayudar a evitar esas explosiones cuando sea posible. Y sobretodo respetar a los demás. Es evidente que si a mí alguna vez alguien se comporta de forma que creo que no me respeta, o que no respeta a alguien que me importa, pues vaya perdiéndole yo el respeto a esa persona. Es tan triste como inevitable. Y si yo le falto a alguien, pues ese alguien luego me puede faltar a mí. Es un acto reflejo que cuesta un mundo controlar. Y si se pone de por medio el defender a alguien a quien tenemos en alta estima, puede ser más dramático.

En fin, creo que por esta vez ya he filosofado bastante. Si me he dejado algo que sea importante y alguien quiere aportar algo a mis reflexiones, estaré encantado de leer dichas aportaciones, ya lo sabéis. Mi visión puede tener lagunas, que estaré agradecido de rellenar, o puede tener errores, que estaré agradecido de que sean corregidos. Enriquecerse de puntos de vista es algo positivo, a mi modo de ver...

¡Hasta el próximo kamepost!

10 comentarios:

  1. "Errar es humano, perdonar es divino", William Shakespeare

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  2. Muy bonito todo, lástima que casi siempre las palabras se las lleva el viento, y aunque tu SI intentas corregir tus errores y te esfuerzas y pides que se valore, hay quienes ni se esfuerzan en verlo, ya sea pr orgullo, ya sea por pose... tu sigue así que es lo importante ;D

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  3. Entrar en tu me hiciste solo deja patente el dolor y la incapacidad de afrontarlo por alguna razón (soy consciente de ello, porque estoy en una situación similar con una persona a la que me es imposible perdonar). Uno siempre puede esforzarse en ser mejor persona, pero el buen entendimiento consta de que tu te esfuerces con toda tu buena intención y el otro valore empaticamente ese esfuerzo, porque si lo valora por razones internas como falso, no importa cuanto te esfuerces, no podrás hacer nada.
    Yo solo espero que las cosas se solucionen para bien y que encuentres paz, que al final es lo que todos necesitamos. Un beso y un abrazote muy fuertes tesoro!!

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  4. Jops, ¡muchas gracias a everybody por los comments! ^^

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  5. Un gran post, y que da mucho que pensar :)
    Todos cometemos errores y de ellos se aprende, y también hay que saber ver esa capacidad de aprender de los errores en los demás :)
    Un besazo!

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  6. Una de las reflexiones que se desprenden de tu escrito es si uno es capaz de asumir la responsabilidad de sus propios actos. Quizá de ellos se desprende estan tan larga disculpa reflexiva. Pero aún siendo capaz de asumir la responsabilidad, cabe prever el efecto que asumirán las acciones de uno para moderarse hasta unos límites de conciencia que no produczcan sobrecarga del subconsciente.
    Sigue además siendo necesario un análisis lo más exhaustivo posible de la situación y de los egos en ella enfrentados. Pero aún es más importante qué provoca la implicación.

    ¿Si te sientes mejor ahora, por qué lo has hecho?


    La segunda reflexión es sobre la capacidad de perdonar, que no está al alcance de todos.
    Lo que seguirá siendo así siempre. Pedir perdón favorece su concesión pero no constituye una garantía, porque cada uno de nosotros tiene un baremo distinto acerca de lo que se puede y lo que se quiere perdonar.

    ¿Siempre que puedes, quieres?


    Y la última reflexión en forma de pregunta:
    ¿Qué has ganado con todo esto?

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  7. Como ya he dicho en un post de nuestra bruji Hellen... pero qué bien habla mi elfo leches!! xD

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  8. Interesante post... Creo que nunca está de más hacer auto balance y desarrollar el hábito de pedir perdón cuando consideramos que no hemos obrado correctamente. Y a la vez algo que cuesta mucho es perdonar... Gracias por poner de relieve el tema ;).
    Leyéndote me ha venido a la mente un cuento que se me quedó gravado, de estos que se reenvian por mail, que decía algo así:
    (Joven) -¿Cómo puedo lograr no hacer daño a los demás?
    (Anciano) -Cada vez que lo hagas, clava un clavo en esa madera. Hasta que un día ya no claves más.
    El joven se esforzaba pero cada día tenía que clavar algunos clavos. Poco a poco clavaba menos, hasta que, un día, no hubo de clavar ningún clavo en la madera, ya que no había hecho daño a nadie.
    El joven dijo alegre:
    - Maestro,¡hoy no he tenido que clavar ningún clavo!
    Y el maestro le respondió serio: entonces cada vez que obres bien y además no hayas hecho daño a nadie, desclava un clavo, hasta que no quede ninguno.
    Así lo hizo el joven y de nuevo, pasados unos días, fue contento a hablar con el anciano:

    - Ya lo he conseguido, no quedan clavos en la madera.
    (Anciano): -Tienes razón y eso es muy bueno. Pero en cambio, fíjate: cada clavo ha dejado un agujero. Del mismo modo quedan marcas en el alma de las personas a las que herimos, por eso es importante procurar no clavar clavos, es decir, no herir a los demás.

    Y el joven se fue pensativo a casa, consciente de la lección que acababa de recibir de su maestro.

    Pues nada, ahí dejo el cuento un poco a modo de disculpa por los agujeros que haya provocado con mis actos, consciente de que a pesar de pedir perdón siempre pueden quedar pequeñas heridas y no hay que olvidarse de ello.
    Besos, Kamechan!! Estoy segura de que con estos posts consigues mejorar un poquito el mundo ;)
    Muakas!!

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  9. Muchas gracias prima, Yishana, Querdelf y Dama por vuestras aportaciones, XD.

    ¡Muakas a ellas, apretón varonil de manos al elfo!

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